miércoles, 5 de marzo de 2008

Llueve, y llueve y llueve, y llueve más y más y otra vez.

No puedo dormir, tampoco me puedo levantar a la mañana, pero de eso ya me encargaré después.
Mientras daba vueltas en la cama empezaron a caer algunas gotitas de lluvia, y aunque vivo en una casa muy bonita y nueva tiene techo de chapa y hace un ruido tremendo.
A raíz de este ruido me puse a pensar en el clima, que hace mas de diez días que llueve, que va a seguir lloviendo por cinco días mas y que haría cualquier cosa por un rayito de sol, en realidad por un día de sol entero.
Yo me acuerdo que antes me gustaban lo días de lluvia, y empecé a desarmar mi memoria en búsqueda de respuestas. Esto encontré.
Cuando tenía cuatro años la lluvia me daba mucho miedo, pero mi papá se encargaba de tranquilizarnos cuando había tormenta.
A los ocho años y vivía en San Telmo fue la primera vez que reflexioné sobre la lluvia y descubrí que me encantaba. Debe ser esa cosa nostálgica de San Telmo y un poco la influencia de mi amiga Cecilia, una "minita" rara desde pequeña, pero de lo mas interesante, con la que filosofabamos sobre la tormenta de Santa Rosa y un poco más adelante, cuando vimos Hair nos quisimos hacer hippies. Conmigo no hubo caso...
En quinto grado, con otra amiga salíamos por el barrio a "patear charcos". Como unas nenas grandes y boludas salíamos a caminar bajo de la lluvia y mojarnos hasta el último hilito de ropa. La pasábamos bárbaro. ¿Dónde estarían nuestras madres?.
Más adelante, a los 15 la lluvia era buenisima, significaba que mi barrio, la Boca se inundaba, y peor Barracas, donde estudiaba, así que todo el día adentro, a pavear.
No sé bien cuando empecé a odiar los días de lluvia.
Creo que cuando la lluvia, la humedad y el cielo gris se convirtieron en una barrera entre mis quehaceres cotidianos, mi presión baja y la depresión momentánea, que a veces me ataca.
Ahora la lluvia significa pilas de ropa sucia, tener el "tender" adentro, que es una de las cosas que más me deprimen en el mundo, (porque encima no tengo lavadero), el nene corriendo por toda la casa y volviéndose loco por no poder salir al patio, el trapo de piso siempre presente, no poder salir a la esquina sin paraguas (otro objeto que odio)y un sinfin de boludeces más que agravan mi mal humor y hacen de los días nublados un infierno.
No soporto el olor a pelo húmedo en los supermercados, el piso con patinadas o lo que es peor aun, el cartón en los pisos de cualquier negocio de barrio. POR FAVOR, SOL VOLVÉ, TE PERDONAMOS!
En fin... no voy a extender más este chorizo de quejas y voy a contarles una buena noticia, para mi buena, aunque extraña, eso sí.
Para bañarme tengo diferentes esponjas.
Esponja-esponja, de color, la común.
Esponja-bolsa de cebolla, que es como una bolsa de cebollas toda arrugada, que parece un repollo de nylon.
Y la tan benefactora Esponja-vegetal, la cual no uso a diario para no irritar demasiado mi piel de porcelana fría.
De esta última quería hablarles.
La esponja Vegetal, sale de una planta, no sé, busquen en google y les cuenta seguramente, lo que yo se es que viene con semillas adentro y como mi esponjeta la tengo hace poquito y no advertí que aun guardaba semillas las dejé.
¿Qué pachó?
Brotaron plantas Señoras y señores!
Increíble, pero crealo.
Con el tema de la lluvia, y la depre que me da, me baño rapidito y uso la esponja comunacha y la vegetal quedó a un costado, húmeda, hizo el efecto poroto en el frasco y germinó, estoy contenta, aunque todavía no sé bien que hacer con ella.
Por otro lado hace unos cuantos días me compré una sandía, en realidad media.
La comí rápidamente, pues soy más que fanática de tan deliciosa fruta, peeeeeeeeeero, al parecer una pequeña intrusa se quedó dentro de casa... Sí! una semilla quedo trabada de en la rejilla de una bacha que no se usa (tiene un seca-platos encima) y yo no la vi y Saz! CRECIÓ OTRA PLANTA!!! con raíz y todo. La puse en agua, hasta que le encuentre hogar.
Increíble... la verdad es que como verán la lluvia me está enloqueciendo, pero por lo menos tengo plantas a quienes hablarles cuando ya la razón esté perdida por completo.
Llueve de nuevo y yo todavía tengo unas sabanas que lavé en un ataque de alegría, hace dos días, cuando el sol se asomó por unos instantes...
Es de dos plazas...
No sé que hacer con ella...
Se aceptan sugerencias...
Me despido, dejándoles saludos y agradecimientos por compartir conmigo estas palabras y agradezco que nadie (todavía) me haya hecho un atentado en casa o puteado vía e-mail.
Por otro lado, a quienes hayan llegado hasta acá les agradezco más y les debo un regalo muy grande y caro, que se los daré cuando gane el kini-6, el tekino-telekino o el pelukino en su defecto.
Saludos, besos y abrazos desde lo mas profundo de mi corazón agujereado como pantalón de payaso, por esta lluvia incesante.
Adiós!
Guillermina

3 comentarios:

leit0 dijo...

Ojala algún dia se inventen semillas para arboles de guita, o en su defecto de besos.

Guillermina dijo...

Ojo que a pinocho le fue mal con una planta de monedas...
Yo me inclino a una planta mimosa.

Fabiana dijo...

me cague de la risa desde que empece a leerte, hasta que termine! me mato la plata de esponjas en el baño!!!
pasala a la tierra para que te de algunas esponjitas para las tias!! jeje
besos!!