sábado, 27 de febrero de 2010

En obra


Queridos amigos, amigas, Parientes, lectores, y a quienes hayan caído de casualidad también:

Si usted pasó y sintió olorcito a asado, no se asuste, es que son los muchachos de la obra que están preparando el almuerzo.
Sepa disculpar las molestias, estoy en la construcción de dos cuentos, una síntesis de mi nuevo rol de "mami del jardín" y un poema. Probablemente nada de eso salga a la luz, pero mientras lo uso de chivo expiatorio, es que en el fondo soy así, una mala mina.

Ahora, si usted pasa y en vez de olorcito a asado le chiflan, le gritan groserias o hasta le tiran un pedazo de cascote, viene y me avisa que hablo con el capataz y ponemos a los muchachos en regla. Porque tengo entendido que El Hector, un muchacho jovencito que trabaja acá es bastante manolarga y tiene una manera un tanto cavernícola de llamar la atención de las señoritas transeúntes. Ojo que también está Carlos que es un caballero, con termo siempre bajo el brazo (no sé como hace para trabajar así, pero el tipo es una maravilla, hay que verlo como trabaja) que le grita los piropos más dulces a las mujeres y cada dos por tres tengo que andar echando alguna enamorada que viene con pretensiones de novia, porque Carlos es demasiado convincente, es capaz de enamorar a tres a la vez, lanzando al aire un solo piropo.
Así es mis queridos:
Vuelvan cuando quieran, se pueden leer cosas viejas, pero en cualquier momento me dejo de joder y posteo, como debe ser.

Cariños para ustedes, que espero sean millones, o miles, o cientos.... aunque con una decena me conformo. Qué? un par nomas? bueno, mejor, más intimos.
Mil besos mil.

Guillermina Edith de los Ángeles Lugones