jueves, 24 de julio de 2008

Sobre leche derramada

Pero que tristeza…
Será que para mis hijos lo único que realmente tiene valor es la leche que me sensibilizó tanto ver litros de leche derramada… Litros y litros, y más litros, porque dudo que en su vida lleguen a tomar esa cantidad… millones de litros, dos millones. A cuatro mamaderas por litro… ocho millones de mamaderas… ¿Cuántos chicos hay en la Argentina?.
Que tristeza…
Que difícil escuchar las cosas que se escuchan.
Que difícil comprar el pan, la carne, las verduras… la misma leche que ayer vimos mezclarse con la tierra.
Que necedad.
Que necesidad.
Que vergüenza.
Capaz, si la poníamos a Esther Goris a hacerse “la Evita” le creería más que a este muppet mal hecho y ultra maquillado que agita las manos y grita delante de dos microfonitos que parecen dos salchichitas quemadas.
OLIGARCAS! Dice un mono iletrado que anda en 4x4 y come asado todos los días.
Oligarcas! Oligarcas… oligarcas… Quienes son los oligarcas ahora? se me confunde un poco todo…
Que triste.
Que triste y que desesperanzador.
Que miedo.
Que injusticia, que bronca, que asco, que impotencia y otra vez el miedo… Que miedo…
Y de dónde saco las esperanzas? Que ni el consuelo de una factura puedo encontrar porque sale $12 la docena y me parece una injusticia.
Debo admitirlo, se me calleron unas lágrimas cuando vi toda esa leche formar un río e irse hacia la nada y pensar en tantos vasos vacío y tantos estómagos hambrientos.
Ya sé, las cosas no son fáciles y no es soplar y hacer botellas. Pero es realmente tan difícil?

2 comentarios:

Xaj dijo...

Somos un país de egoístas.
La leche es sólo otra manchita.

Saluditos.

Guillermina dijo...

Es verdad, pero si tengo que escribir sobre todo, y ponerme a pensar en ello estaria dopada con sedantes de los fuertes.
Saludos!