martes, 16 de junio de 2009

Ha llegado el circo!!!

Hasta no hace mucho tiempo, cuando aparecía algún cartel de circo, mi padre, fanático de estos, nos arrastraba a toda la familia bajo la harapienta carpa y nos hacía pasar un rato mágico, aunque sea un instante, porque todos los circos tienen esa cosa extraña, mezcla de mística y tristeza que a uno lo lleva a querer ver que hay detrás del telón.
Vi varios circos.
Desde el gran "Circo de Moscú", un circo cinco estrellas, con osos en patines de hielo y un millón de personas en escena, hasta circos medio pelo, formados por familias nómades con amor por su profesión.
Pero nunca vi una cosa tan triste, patética y amarreta como el circo que llegó a mi pueblo hace algunas semanas.
Los altoparlantes saturados de la renoleta pulguienta lo anunciaban con bombos y platillos "GRAN CIRCO ATLAS". Prometía payasos, malabaristas, trapecistas, y hasta el famosísimo "Globo de la muerte".
El anuncio me pegó en el alma, quizá la nostalgia del tiempo pasado, tener a papá lejos, o el simple hecho de transmitirle a mi hijo ese amor por las cosas artísticas, aunque de payasos se tratase ( es de público conocimiento mi odio-terror a los payasos).
Me preparé para darle la noticia.
Era una cita con mi muchacho de tres hermosos años y medio.
Nos vestimos bonitos para la ocasión, nos subimos al auto, donde le conté todo lo que iba a ver y nos dirigimos a la dirección anunciada.
Ya algo raro había.
Como me niego a aprender a estacionar, porque ya asumí que no quiero hacerlo, busque un lugar cercano, pero que quedara entre dos garages, así no me vería obligada a hacer maniobras para salir, pero a pesar de que la función empezaba en unos 15 minutos conseguí un lugar muy cómodo, casi enfrente del lugar en cuestión.
Al llegar entendí que no iba a haber carpa, que el evento sería en el salón de actos, o cancha de basquet, no sé, del club Companía, que encima es el club rival del nuestro, Defensores.
La sonrisa no aflojó.
Valentino intentaba conseguir algún compinche, mientras yo me emocionaba por verlo tan grande y por compartir con él semejante momento.
Finalmente abrieron la puerta y un señor con camisa celeste nos hizo ingresar.
Que desilución!
No solo no había carpa, tampoco había telón alguno, ni ambientación, ni luces, ni nada que se pareciera a un circo.
La sonrisa de niño que no entiende nada que tenía Valen me hizo distraer un rato.
Abrimos las proviciones, nos comimos unos confites y esperamos a que comience la función.
Derepente mi horrible sospecha se convirtió en un hecho... la función había empezado y nunca apagaron la luz color blanco tubo del gimnasio devenido en platea de circo.
Los parlantes, baqueteados, ruidosos, auyaban canciones horribles, mientras el malabarista aburría y fallaba una y otra vez.
En eso aparece otra vez el señor de camisa celeste, pero esta vez no cortaría entradas, se subira a sillas y hará un número de equilibrismo. Admirable, teniendo en cuenta la poca seguridad con la que contaba.
Ahora sí!
Han llegado los payasos.
Graciosos, si le pone uno un poco de onda.
Las sillas de plástico no ayudan mucho, pero a pesar de estar vestidos con chombas de colores que yo misma le regalaría mi marido para el día del padre, y unos pantalónes comunes, lograron sacarnos algunas sonrisas y algunas risas fingidas.
Sin apagar las luces apareció una chica bonita, en bombacha cola-less y copiño que se subió a un aro y bailó muy sexy, a los padres presentes les gusto mucho, a mi me llamo la atención lo bien depilado que tenía el cavado. Lo triste fue cuando en el enrtetiempo vi a la joven mujer dandole la teta a un bebé de pocos meses y llamando a otro que apena caminaba, desde la última fila.
Como recompenza a tanto mal gusto, llegó una trapecista preciosa, que hizo piruetas, bailó en una tela y pronto, en una hora más o menos el espectáculo llegaba a su momento clave.
Por Fin, la bola de metal ( que no era tan grande como la real, que tuve la dicha de verla años atrás) sería el centro de atracción.
Un par de hombres gordos,con un cigarrillo colgando en la boca, y cara de pocos amigos fueron los asistentes del show. Sin ánimo de esconderse los señores prepararon todo para el gran número. (Digno de un capítulo de los Simpsons).
Luego de ser anunciados por el presentador (una voz en off, que no era menos que la del vendedor de panchos) aparecieron los motociclistas, y con ellos una nueva decepción.
Si bien yo no podría hacerlo, que le llamen "el globo de la muerte" a una bola de metal con dos motitos adentro me parece un poco exagerado. No eran ciclomotores, pero eran motitos como para una persona de mi estatura (que no pasa el metro sesenta).
Ruido, humo y olor a combustible quemado.
Valen estaba contento. Y yo también.
Salimos mal en la foto, esa que antes te daban en un conito de plástico y ahora te dan en un llavero de esos de acrílico transparente. Él miraba para cualquier lado, yo mandaba un mensaje de texto, justamente quejandome del "circo". Sino la hubiese comprado, porque a pesar de todo fue la primera vez que fuimos al circo juntos.
Quizas, si hubiesen apagado las luces me hubiese dejado llevar y dejado salir esa lagrimita de emoción que me da cada vez que veo como mi hijo descubre el mundo.
Ya habrá otros circos, con carpa, colores, payasos y globos de la muerte-muerte. Mientras, no dejo pasar la ocación para salir a mirar el mundo a través de esos ojotes nuevos, ávidos de experiencias, de cosas nuevas.
Porque después de todo eso es lo importante, vivir.

g.-

2 comentarios:

. dijo...

Ves por que tenes que seguir el blog, carajo!!!...como te gusta hacerme enojar,ehh!...HERMOSO TEXTO, me hiciste sentir que estaba alli con ustedes tratando infructuosamente de sacarle el celofán al pirulín bicolor con los dientes.

Sonia dijo...

Hola Gui, te cuento que en ese club, en ese gimnasio,con aspecto de cancha, con el piso marcado y con un pequeño escenario, Valentino y vos vieron un "silmil-circo", pero yo em los '80,fui a ver a Seru Giran,Charly a un metro mio, porque con mis amigas estabamos en primera fila.Aguanten los clubes del interior!!! Ah... y como te dice Mariano: tenes que seguir el blog, mas ahora que tenes una lectora mas!!! yo, Sonia.