viernes, 11 de diciembre de 2009

Oh, qué será, qué será?

Hace años guardo un secreto.
No sé bien cuando empezó, ni por qué pasó, pero es una realidad.
Al principio pensé que era algo temporal, que tendría que ver con algún factor externo y que de un momento a otro todo se terminaría. Pero hoy, años después me encuentro haciendo lo mismo.
Me da miedo el ruido que hace el inodoro cuando apreto el botón.
Es absolutamente absurdo, lo sé. Pero qué querés que haga?.
Cómo encaro a un profesional con este problema?;Va a pensar que le estoy tomando el pelo.
"Disculpe Licenciado, es que yo... yo... yo le tengo miedo al ruido que hace el inodoro cuando tiro de la cadena".
No es coherente.
Creo que no se lo he dicho ni a mi madre, y hasta trato de disimularlo.
Quienes me conozcan y me hayan prestado atención (supongo que de ahora en más lo harán) pueden notar que cada vez que el artefacto suena, yo salgo del baño con pasos cortos pero veloces (cortos por mis extremidades pobres de centímetros, veloces por el cagaso).
Es que me da una impresión terrible.
No me pregunten qué es lo que se me ocurre, porque no tendría nada que decirles.
Quizás es el sonido fuerte que hace el agua, que me recuerda a una vida pasada, donde inocente, fui asesinada en las Cataratas del Niagara, empujada al vacio por un asesino a sueldo pago por mi ex esposo millonario, que ganó su fortuna vendiendo drogas y ahora es Capo de la mafia y yo sé demasiado y me mandó a matar por eso y yo escucho en mis últimos momentos ese ruido, que en esta vida coinciden con el del inodoro llevándose el agua sucia.
No sé, Capaz inconscientemente sepa que bajo tierra viven una raza de hombres topo y que se comunican a través de las cañerías y yo no quiero mantener contacto con ellos porque son tipos medio raros.
O tengo miedo de que que salga un cocodrilo fantasma y me quiera morder.
NO LO SÉ.
Ya dije, no pregunten.
Si alguien quiere puede colaborar con alguna teoría, y si es con fundamentos mejor.
Yo lo conté para sentirme un poco más aliviada o alivianada, pero ahora veo que no, que sigo igual de temerosa.
Mientras tanto me aguanto las ganas de hacer pis para no apretar el botón.

Saludos!
Gushhhhhhhhhhhermina Sol.

5 comentarios:

Marce D´Onofrio dijo...

¡Eso es un miedo y no otros, que se convierten en apenas una sombra del miedo auténtico, debilitándose como una niñita que debe cruzar un campo de batalla en medio del ejército alemán que no deja de disparar...por suerte llega Stalin y pone orden, dándole un respiro a la débil niñita capitalista. Así son los otros miedos.

Pero volviendo al tema que nos concierne, es evidente, que si bien la teoría de la vida anterior con su posterior asesinato es, ciertamente, algo muy intersante y acertado, deberíamos tomar una decisión en el diagnóstico mucho más drástica.
¿Qué quiero decir con esto? Que no se puede dar un diagnóstico ambiguo del estilo "bueeeno, sus miedos son muchos, pero no tantos" ¡No señor! ¡Algo concreto! Y mi respuesta a esta intriga es fácil: miedo a caerse allí e irse.
Claro, usted dirá "eso es imposible", sin embargo no. Fíjese que en Australia, lugar en donde la gigantez de sus artefactos (desde inodoros hasta heladeras, pasando por los afamados tanques) es proverbialmente conocida, se han registrado innumerabes casos de gente que se cayó en el inodoro (porque se suben porque usan cadenas cortas y techos altos y no llegan a jalar si no es a los saltos) ¡y nos los viernos más! Esto ya no puede disimularse. Antes se ocultaba. Si un tío desaparecía se decía que se había unido al ejército irlandés, por ejemplo, porque era una infamia ser chupado por un inodoro; pero así de triste es el destino del autraliano.
Usted, señorita, sin saberlo, por una cuestión genética (un gen suyo llegó desde Australia y se insertó en usted, quizás en un momento que se distrajo) teme por su futuro, porque recuerda, de forma vaga y casi incoherente, el fatal destino australiano y al escuchar ese sonido, su mente dispara un sinfín de recuerdos y miedos.

Esa es la explicación más decorosa a su miedo. El diagnóstico es exacto y preciso, y como decía Freud, sé que no me equivoco al decir que todos los miedos del hombre están generados por un gen australiano.
La cura depende de otros factores. El primero es ir en contra de la situación y entender que usted está en Argentina, lugar de inodoros comunes y no ultra gigantes, y que su vida no corre peligro. Vaya y aprete el botón y compruebe que usted seguirá allí parada, sin riesgo alguno.

En caso contrario, medicación.

Lamento lo extenso de mi comentario, pero a mí cuando me dicen "Marcelo (porque me llamo Marcelo...si me llamara Félix y me dijeran Marcelo, no me daría por enterado), hay un caso de miedo a inodoros para resolver" yo como especialista en estas cosas no puedo quedarme callado.

Esperamos su pronta mejoría o su inmediata internación.

Dr MD. (Mátricuula pendiente hasta que termine la carrera, que será cuando la empiece. Las paradojas de la vida)

Rebeca G. Morales dijo...

Verdaderamente he encontrado tu blog por casualidad y me ha gustado mucho.
Si no te importa voy a seguirlo porque merece la pena.
Saludos!

Guillermina dijo...

Muchas gracias ManzanaPodrida!
Que bueno que te guste. Ojalá sigas leyendo.
Un beso grande.

labrujaMar dijo...

Lo tuyo niña es bien simple, qué pasa con tu viejo? dónde está él?.
puede ser un padre muy conservador, que provoque esto. en realidad el miedo al ruido del inodora es desde un lugar inconciente,miedo a sentir o disfrutar de un posible orgasmo, sería como si ese papá estuviera marcando con la actitud que tuvo siempre hacia vos que ESO NO SE HACE, suerte y revisá tu vinculo con el viejo!!!

Guillermina dijo...

Gaua, puede ser Brujilda, es verdad. Mi padre vive en asteroide, vecino al del principito. Pero voy a analizar lo que me dijiste. Gracias, y gracias por leerme!