
Que no, y que no y que no.
Que no leo más.
No creo poder resistir otro amor trunco, otra muerte inesperada, o esperada, pero no deseada (por mi) u otro desengaño.
Qué es eso de andar enamorandome, con historias que me transportan a otros mundos, a otras dimenciones, quizás hablando de mi mismo barrio, pero en otro tiempo o sensillamente fuera de mi vida.
No es justo.
Con cada libro que termino se termina algo de mí, eso que los protagonistas lograron crear, hacerme sentir, y ya no me importa quién lo escribió, ni cuándo, ni dónde y un poco ya no sé quién soy yo, o quién quiero ser.
Antes por lo menos era más paciente y no terminaba los libros, los iba leyendo poco a poco, página por página, y así dilataba el inebitable final para que doliera menos la despedida.
Ahora, la ansiedad no me deja vivir y leo desenfrenadamente, con mucha atención, como si de esa manera la historia se fuera a volver eterna, pero claro que eso nunca pasa.
Amo los libros. Me encanta llenarlos de papeles que tengan que ver con el momento en el que los leo para cuando vuelva a abrirlos recordar todo, no solo la historia que contienen sino también cómo me sentía en el momento de leerlos. Boletos de colectivo, tren o subte son mis señaladores preferidos. Algún volante con anotaciones, alguna flor, cualquier cosa entra en el mundo del libro.
Me he enamorado infinitas veces de personajes, de historias, de atmosferas, y cada vez que abro por primera vez un libro rezo para que eso me vuelva a pasar.
Es real que a veces no sucede y es cuestión de leer unas páginas para saber que es mejor cerrarlo y empezar con otro.
Cómo vivir sin un libro?.
Cómo resignarse a vivir sólo una vida?.
Cuanto hay para descubrir, para sentir, para vivir, aunque sea en la imaginación.
Por eso, aunque me gusta escribir, más me gusta leer.
Y aunque me encantan las películas, más me gusta leer.
Y aunque amo mi vida, más me gusta leer, pués así, en una vivo varias y variadas.
No se crean que sé mucho, por suerte todavía no he leido nada.
Les agradezco si me recomiendan alguno, y más si me regalan alguno, pero no voy a pedirles eso, o si?.
En fin, voy a abrazar y besar a mis libros, y quizás revolcarme con algunos de ellos, permiso.
Un beso.
Guillermina Leetutti.