viernes, 28 de diciembre de 2007

Sobre tortas, cumpleaños, stress y el amor de una madre


El 28 de Diciembre mi hijo Valentino cumplió 2 años.


Es un momento muy especial porque el bebé deja de serlo para convertirse en un individuo sin chupete, cuna y si se puede sin pañales; que empieza a hablar y a relacionarse de otra manera.

El primer cumpleaños de Valentino fue para mi todo un acontecimiento (por supuesto que mas allá de lo que significaba el primer año de vida de lo que más quiero en el mundo).

Quise hacer tooooooooodo yo.
Sí, TODO.
Torta con pasta ballina, y glaseado, y el adorno de la torta, y los souvenires de porcelana fría, y si pudiera haber hecho yo los globos con gusto los hubiese hecho.
Por supuesto que de todo esto sabía lo mismos que puede saber un taxista que mira utilisima... sabía la teoría... bah, sabía que existía.
A mi ni siquiera me gusta esa pasta blanca que le ponen a las tortas, pero IGUAL quise preparar la torta blanca...
Divino todo, compre la pasta, gaste millones en utensilios que jamas volví a usar y me enfrente con la realidad... una madrugada de diciembre estirando una pasta blanca con un palo de amasar, que se me derretía, que se me cortaba, que no me cubría toda la torta, y oooootra vez a amasarla.... OJO! además hice una torta para 100 personas.... medía una cuadra mas o menos....


Cuando por fin terminé de luchar con la realidad y asumí que las minas "ultilisima"la tienen bastante clara, me dí por vencida y emparche la pobre capa de pasta blanca que me había quedado como pantalón de payaso...


Ahí vinieron los dibujitos con la manga y un glaseado.... UN DESASTRE!!!! es muy difícil la repostería para mandarse de una. Lo último que tenía que hacer era escribir el nombre del nene y ponerle en el centro un gusanote gigante (hecho en porcelana fría, la cual no me trajo demasiados problemas) y apuntalarlo para que no se decapitara porque por supuesto no estaba del todo seco cuando lo puse en la torta.


Guardé la triste torta en la heladera y me fuí a dormir...


A la mañana siguiente descubro que la heladera quedo toda la noche abierta y que mi torta era una cosa derretida y de colores mezclados.Era peor que antes, era una verdadera pesadilla, pero ya no podía dar marcha atrás, así que caí en la gran m&m... llené tooooda la torta de esos ricos confites de chocolate que claro, para terminar de hundirme se decoloraron todos y la torta terminó siendo una cosa psicodelica, bastante fea en aspecto.

Por suerte no hay fotos que lo testifiquen.

Este año decidí encarar las cosas de otra manera, ir a lo sencillo...

Bizcochuelo con dulce de leche y merengue, pero para variar la otra capa sería de dulce de leche y crema mezclados... todo un mundo nuevo para mi.

En resumen, eran las 2:30 am cuando me dí cuenta que si le pongo dulce de leche a la crema chantilli se hace un liquido delicioso pero imposible de moldear...
Luego de una hora esperando que se enfríe (después de haber puesto casi toda la mezcla sobre la torta) cambié de idea e hice una mas fácil.... el clásico mejunje de chocotorta, dulce de leche con mendicrim...

Más tarde tuve un incidente con las granas, que resolví con m&m nuevamente, pero salí victoriosa...
Salio una torta rica y bonita, y ahora si tengo fotos y testigos!!!.

Queridos amigos y amigas... la moraleja....
COMPREN LAS TORTAS HECHAS!!!

A los que llegaron hasta acá y leyeron todo les debo una porción de torta... porque la verdad es que ni tengo ganas de leer tanto para corregirlo...
La próxima prometo una reflección mucho mas sintética, y mas rápida, pero no tuve internet hasta ahora.
saludos!
La repostera